Vive, vive a 1000 por hora. Ríe tanto que la tripa te duela al doblarte, las lágrimas inunden tu cuarto y no puedas casi ni respirar. Cómete el mundo de un solo bocado o un bote de nocilla con galletas si tienes un bajón. Corre cuesta abajo, salta, haz la croqueta sobre la hierba y celebra el haber llegado hasta el final. Queda mañana, tarde y noche, que más da si casi no duermes, para dormir ya están los días grises. Di ‘te quiero’ si de verdad lo sientes. Abraza a quien te abrace, sonríe a quien te sonría. Tírate de cabeza a la piscina, invéntate un nuevo verbo, crea una lista de cosas que quieras hacer y ve tachando una a una las que vayas haciendo. Porque el tiempo vuela, y la vida no te va a esperar.